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Un parronal de uva Sultanina, ubicado en San Felipe, valle del Aconcagua, fue sometido a dos o cuatro aplicaciones de benomyl, vinclozolin, glycophene, captan o dicloran. Una vez cosechadas las uvas, se impusieron tres subtratamientos: fumigación con SO₂, generador de SO₂ en dos fases, y testigo, sin SO₂. Posteriormente la uva se almacená en cámara frigorífica y se evaluó las pudriciones por B. cinerea, después de 24, 45 y 68 días. Cuando las uvas recibieron fumigación con SO₂ no se observó efecto de los fungicidas aplicados de precosecha, en el control del hongo desarrollado en almacenaje. Cuando las uvas se embalaron con generador de SO₂ o cuando no se aplicó gas, se observó efecto de los fungicidas de precosecha, en los tres períodos de almacenaje. No se encontró diferencias entre dos o cuatro aplicaciones. La fumigación con SO₂ fue superior, en el control del hongo, que el generador de SO₂