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En un grupo de animales de laboratorio muertos espontáneamente, se observaron lesiones granulomatosas de carácter micóticas, ubicadas especialmente en el riñón.
A partir del riñón de uno de estos animales (Cavia cobaya), se aisló un hongo levaduriforme que rué identificado como Cándida albicans (Ch. Robin 1853) Berkhout 1923.
Se practican inoculaciones experimentales con el hongo aislado en un conejo, dos cuyes y dos ratas; con los siguientes resultados: a) Conejo, inoculado por vía endovenosa, muere al cuarto día con lesiones granulomatosas renales y en otro parénquimas; b) Cuy N° 1, inoculado por vía subcutánea, presenta sólo un absceso en el punto de inoculación que regresa a los 30 días; c) Cuy N° 2, inoculado por vía intracardíaca, muere a los 24 días con lesiones renales y percardíacas; d) Rata N° 1, inoculada por vía endovenosa, sacrificada a los 14 días presenta lesiones generalizadas; e) Rata N° 2, inoculada por vía intratesticular; sacrificada también a los 14 días presenta lesiones en el punto de inoculación y en otras vísceras.
Los retrocultivos efectuados a partir de las lesiones estudiadas, permitieron recuperar la cepa en todos los animales inoculados.
El estudio de sobrevida y grado de lesiones evidenció que de todos los animales inoculados, fue el conejo el más susceptible y los cuyes los más resistentes.
El estudio histopatológico reveló que las lesiones provocadas por la Cándida albicans, no son específicas, siendo semejantes a las descritos por Gougerot y otros autores para diferentes micosis.