El artÃculo analiza brevemente la estructura y financiamiento del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y su inserción en el contexto de una agricultura nacional de notorios cambios que afectan a su vez el quehacer institucional. Algunos logros e impactos cuantificados económicamente permiten constatar la elevada rentabilidad económica y social de la investigación y transferencia de tecnologÃas agropecuarias desarrolladas por INIA, a lo que se suma la formación de un equipo humano altamente especializado en el paÃs. Durante las dos últimas décadas. la agricultura ha registrado cambios más notables que antes. Entre éstos se destacan los marcados incrementos en producción y productividad de diversos rubros agropecuarios; las vinculaciones cada vez más estrechas y dependientes de las agriculturas y economÃas entre los paÃses. conducentes a mayores requerimientos de especialización. competitividad y calidad de la producción; el desarrollo de un destacado sector productor altamente tecnificado, ligado a una creciente agroindustria. orientados a la exportación de alimentos; la necesidad de integrar a la pequeña agricultura a un modelo de agricultura progresista y sustentable; el avance acelerado de nuevas disciplinas tecnológicas relacionadas con la agricultura; y el reconocido deterioro de los recursos naturales y la contaminación del ambiente y alimentos. asociados a la actividad agropecuaria. Todo lo anterior constituye una base para revisar prioridades y orientar los necesarios cambios de enfoque en el campo de la investigación agropecuaria. La inversión en investigación agropecuaria en 1990 en Chile (79% en INIA; 29% en las universidades y 1% en el sector privado). alcanzaba aproximadamente a 0.65% del Producto Geográfico Bruto Agropecuario, cifra inferior a lo observado en paÃses de economÃa desarrollada que llegan hasta un 4% del PGB agropecuario. Se requiere un mayor compromiso y participación de los sectores privado y público en la actividad, visto |